Rafting, seguramente,
estimado lector, habrás oído alguna vez esta palabra, quizás en los
anuncios de "turismo activo". Es posible incluso que seas de los
avezados que han osado alguna vez subirse a una de esas balsas
hinchables, ponerse un casco, coger un remo y lanzarse a la aventura por
aguas bravas. Seguramente te estará preguntando qué relación tiene el
rafting con la vida de nuestra asociación profesional ASTIC. Pero para
averiguarlo, tendrás que seguir leyendo.
El
rafting es un ejercicio, una aventura, un juego, que se juega en
equipo, en el que todos participan. En la balsa se acomodan unas seis a
ocho personas, y un capitán/timonel que dirige y coordina, en
colaboración con su equipo, la embarcación. El objetivo es superar los
difíciles escollos que se presentan en un río de aguas bravas, sortear
las piedras y rápidos sin volcar ni resultar dañados, y también, cuando
el barco se mete en un atolladero, cosa que sucede, saber salir de él.
El objetivo, pues, del rafting es simple: superar los obstáculos y las dificultades ("las crisis") de la mejor manera posible.
En
una balsa de rafting no hay pasajeros. Todos son tripulación. Todos
tienen que remar. Y además, tienen que remar al unísono. A la vez. Por
eso hay un capitán, un jefe: para que todos remen a la vez y en la misma
dirección, para que las capacidades de todos sean aprovechadas. Pero la
tripulación no es necesariamente homogénea. Hay hombres y mujeres. Hay
jóvenes y viejos. Hay fuertes y menos fuertes. Lo que importa no es la
condición de partida, sino la voluntad de colaborar con el equipo.
Si
la tripulación no rema, o si rema cada uno en una dirección, la balsa
va sin control. Lo que eso significa es muy simple: antes de que te das
cuenta eres arrastrado por las aguas. Poco después, viajas "de culo".
Giras sin sentido. Después te das contra una piedra. Luego vuelcas.
Todos al agua. Y el agua, está muy fría.
Por
último, no basta con que el capitán/timonel conozca el río y sepa remar
y dirigir. Además hay que anticiparse. Cuando se aproxima un rápido, la
balsa se acelera. Antes de eso, ya hay que remar para colocar la
embarcación en la dirección y velocidad correcta. Si esperas a
encontrarte con un obstáculo para sortearlo, seguramente ya será
demasiado tarde. Y los obstáculos se encuentran y se sortean con la
atención y habilidad de toda la tripulación.
Hacer
rafting es divertido, es emocionante, pero sólo es divertido y
emocionante si la barca está bien dirigida y la tripulación colabora con
afán. Si llegamos todos a buen puerto. Si no, entonces no es divertido.
Ni emocionante.
Quizás algunos ya habréis adivinado de qué va esta metáfora.
El
río es el mundo en el que nos movemos, que incluye no sólo la
Administración Pública (cualquiera de ellas) sino todos los agentes
sociales, que podríamos decir, aplicando la metáfora, que viajan por el
mismo río, que hacen el mismo viaje, aunque vayan en otras
embarcaciones.
La
embarcación está ocupada por los profesionales TI de las
Administraciones Públicas Españolas, muchos de los cuales son socios de
ASTIC.
El
capitán/timonel es la figura que debe coordinar las TI de las AAPP
española, una figura que no existe aún, pero que debería existir: el CIO
de la Administración.
Los
rápidos y las piedras son las dificultades por las que estamos pasando
en estos momentos. Hemos entrado en zona de rápidos, pero no vemos aún
el final.
No
podemos dejar que la balsa viaje a la deriva en el peligroso río. Todos
tenemos que remar, en la misma dirección, y lo mejor sincronizados
posible.
Esta
candidatura promueve la creación de una ASTIC abierta, dotada de una
embarcación fuerte, segura y amplia para acoger a todos, compuesta por
un equipo que trabaja coordinadamente, y navega por un río en el que hay
otras embarcaciones con las que colabora para llegar juntos a buen
puerto al final del viaje.
Si
prefieres remar a dejarte arrastrar por la corriente, si estás de
acuerdo en estas propuestas y crees que pueden conseguirlo, colabora
apoyándonos en el proceso electoral de ASTIC en el que estamos dentro de
la asociación, y que culminará con la votación del día 4 de Junio.